La artista franco-peruana Eu Tazé exhibe por primera vez su trabajo escultórico cuya particularidad reside en el uso del cartón como material modelable, los formatos grandes y la impactante expresividad de tres personajes que representan un proceso de autodescubrimiento.

FOTO DE FREISY GONZÁLEZ

un viaje iniciático


La dimensión de las esculturas de Eu Tazé es proporcional a los miedos que ha tenido que enfrentar. La grandeza que imponen sus formas ha sido la expresión de sus batallas personales, las cuales han sido el centro neurálgico que avivó definitivamente el fuego para su primera exposición individual titulada Huye, quiebra y confía en la galería Espacio 22.

Eu Tazé jamás imaginó convertirse en artista plástica. Sencillamente no estaba en sus planes, lo suyo era el teatro, disciplina a la que había dedicado casi toda su vida. No obstante algo sucedió. Comenzó a darse cuenta que cada vez más la imagen del decorado y la plasticidad de las formas en escena se le imponían sobre toda la producción artística y se convertían en el elemento protagónico de la conmoción. Como sus esculturas, el elemento plástico creció frente a sus ojos demandando atención y estudio y Eu aceptó el reto, sin saber bien en qué lío se estaba metiendo.

Comenzó a estudiar escenografía en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (España) y desde entonces comenzaron a ordenarse las piezas de un rompecabezas que apenas empieza. Eu Tazé descubrió sus habilidades para el tratamiento de los volúmenes e inexorablemente esto la condujo por caminos entonces insospechados.

foto de freisy gonzález

El punto de partida, la experiencia iniciática, fue en Burdeos, cuando en colaboración con la Ópera de esa ciudad quedó fascinada ante la imponencia y la altivez de un decorado: “eran unos paneles con efecto de madera, uno al lado del otro. No era algo muy espectacular si lo veías por separado, pero cuando lo mirabas todo junto (porque los paneles cubrían el teatro entero hasta los balcones) el efecto era imponente y la escala se convertía en lo más importante. Me dije, ‘esto funciona porque es enorme’ y allí comenzaron las indagaciones”, cuenta la artista franco-peruana. Esta experiencia junto al trabajo que le permitieron realizar unos amigos en una compañía de marionetas gigantes, en esa misma ciudad, determinó la dirección que tomaría su camino artístico.

Huye, quiebra y confía es el resultado de un proceso personal de la artista que está directamente vinculado con sus propias búsquedas de ser y estar en el mundo. La exposición está conformada por tres esculturas de gran escala, las primeras figurativas de Eu Tazé, que representan a tres personajes: la mujer tortuga, la mujer serpiente y el papagayo, los cuales describen las fases de un proceso de autodescubrimiento personal.

Cada escultura está modelada y construida a partir de un material tan noble y tan desdeñado como el cartón. Con éste, Eu Tazé ha dado forma a sus grandes esculturas, cuya impactante expresividad, detalle y movimiento recrean en la contemplación un momento para la interpelación del espectador.

El gesto de los personajes son un espejismo de la propia artista. Los detalles de la anatomía de los mismos imponen un realismo estruendoso y en cada escultura el movimiento apremia como una urgencia. 

Huye es la mujer tortuga que yace con su casa a cuestas y representa un estado de sobrecogimiento y encierro; Quiebra es la mujer que toma las riendas, a través de movimientos rápidos y agresivos se desprende de la piel y quiebra la coraza. Finalmente ambos están unidos por Confía, que representa el impulso de soltar y de liberarse. Así lo expresa Eu Tazé.

Foto: DIfusión

“A la mujer tortuga y a la serpiente las tenía, desde el principio, bien claras, las tenía impregnadas en el cerebro, ni siquiera las dibujé, solo las hice. Pero igual estaba muy asustada con Confía, porque me preguntaba qué significa realmente la confianza. Al principio quería hacer una mujer con alas pero no me pareció tan sincero pues realmente no había alcanzado un estado de liberación total”, confiesa la artista quien además agrega que las interpretaciones anteriores son solo una de las posibles y múltiples lecturas de la muestra y que los tres estados no son, en ninguna medida, estáticos o definitivos.

Foto: Difusión

Esta exposición reúne sus primeras exploraciones con la figura humana, después de haber dedicado al menos dos años (desde que llegó nuevamente a Lima) en otro tipo de personajes y criaturas fantásticas. “Nunca había hecho nada con tanto detalle, en realidad no sabía en lo que me estaba metiendo. Ha sido un gran viaje de vértigo constante por no saber muy bien a dónde iba a llegar”.

Para la artista el encuentro con el espectador es muy importante, así como las conexiones que pueda establecer con otras sensibilidades. “No quiero hacer cosas para mí, que solo las entienda yo. Quizás las figuras que escogí sean hasta un poco clises, pero allí hay una cierta verdad, un código que todos podemos entender. Ese código me sigue pareciendo válido para comunicarme con el otro” y en esa dirección va su trabajo. “Siento que he logrado algo realmente sincero y me conmueve mucho cuando las personas me dicen que se sienten identificados o que en todo caso las esculturas le han generado cosas, emociones. Es como una palmadita en la espalda de la vida que me dice, ‘este es el camino, ya deja de tener miedo”, cuenta Eu Tazé.

Como todo proyecto iniciático, su energía es expansiva y ésta sigue corriendo un curso sin destino definido. Eu Tazé ya piensa en una próxima exposición que le dé continuidad a las preguntas que ésta primera arrojó: ¿Qué es lo que hay que soltar y cómo hacerlo?, ¿cómo son las formas de la liberación?

La exposición clausurará el próximo viernes 17 de noviembre en la galería Espacio 22, ubicada en Jirón Pérez Roca 299 en Barranco. La entrada es libre.